jueves, 26 de mayo de 2011

Priscilla///Capitulo 8

CAPITULO 08


-Disculpa si le retengo un poco más a mi lado, tengo algunas palabras que decirle-Le confeso con suavidad mientras caminan despacio por el jardín, tomada de su brazo y con el corazón a mil se dejaba llevar, en su mente aguardaba una tremenda incertidumbre ¿que querrá decirle William? Podía pensar en un centenar de ideas pero tal vez todas eran erradas ojala una fuese verdad.- Palabras que he intentado decirle en todo el paseo...debo confesar que el paseo no resulto como esperaba, sin embargo, algunos momentos valieron la pena
-¿Que esperaba del paseo de hoy Sr. William?
-Conocer la ciudad...
-Pero eso se hizo
-Bueno en parte...esperaba conocer los lugares que a usted le gusta visitar cuando desea escapar del bullicio de los amigos
-Disfruto ir al parque, de ver a los artista de la calle que son pocos pero fascinan con sus artes, a la librería...a veces simplemente camino donde el viento sople más...
-Esos son los lugares que deseo ir mañana, por supuesto con usted...solo con usted.
-¡Solo los dos! ¡Oh Sr. William antes debo pedir permiso a mis padres! No es adecuado que una señorita ande sola con un caballero aunque fuese joven y apuesto
-Ha ha ha...Entonces le solicitare permiso a su padre mañana muy temprano, eso si necesito saber si desea ir...
-Con mucho gusto respondería pero mi prudencia no me lo permite, sea cual sea la respuesta de mi padre espero que este a la altura de sus deseos.
-Mis únicos deseos es complacer todos los suyos...-Un vaivén de emociones se movilizaban dentro de la piel, el alma y el corazón Priscilla con una intensa fuerza que jamás había sentido, no tenia palabras para expresar todo lo que le sucedía pero se pregunto ¿Si una persona puede morir de tanta felicidad? Ella no quería morir sin haber probado la pasión de su amado, sin embargo, podía morir de amor en sus brazos, William la miraba con un brillo que la embelesaba aun más, él se daba cuenta y eso le generaba incentivo de continuar- ¡El cielo de esta noche luce hermoso! ¿No cree usted? Las estrellas brillan intesamente como queriendo competir con la luz de la majestuosa luna, tan amiga, tan coqueta, tan cómplice, tan calurosa ¡Oh si calurosa! Aunque suene loco para mi la luna esta llena de calor esta noche porque tengo alguien maravilloso a mi lado-
-¡Oh Sr. William, no diga esas cosas!- apenas logra decir
-¡Es verdad! Estoy tan maravillado porque usted esta conmigo y quiero permanecer así por más tiempo, dígame si siente lo mismo
-Sí...también deseo seguir a su lado
-Entonces hagamosle caso a nuestros deseo
-Si...

Como en un sueño Priscilla se sentía después de lo acontecido esa noche sin poder cerrar los ojos por las emociones nuevas en su cuerpo, en su alma y en su joven corazón, rogando con todas sus fuerzas para que su padre le concediese el permiso de salir mañana a pasear y estar solos los dos otra vez, rogando por conseguir su amor, anhelando un futuro lleno de felicidad a su lado y nada absolutamente nada pueda evitarlo.

William igualmente despierto vestido con sus pijamas se encontraba sentado en una mesita escribiendo una carta para su amigo de toda la vida.

[size=18]A mi amigo atolondrado

Recién me tome la molestia de leer tus extravagantes palabras palmadas en tu carta ¡no tiene prudencia alguna amigo mio! No se que voy hacer contigo, esta será la ultima vez que me digno a salvarte el pellejo ¡esta claro! Te recuerdo que debes acomodar esa rebeldía muy tuya porque trabajaras conmigo y mi honorable padre te vigilara cada paso que ejerza en la empresa...En fin dejemos aun lado ese asunto, seguramente te estarás preguntando que diantre estoy haciendo en New York, no pude explicarte nada cuando nos separamos, ambos estábamos apurados y ajetreados en nuestro asuntos empresariales pero el asunto no podía explicarlo en aquel sitio menos con tan poco tiempo, tampoco es adecuado que te lo cuente detallado en cartas así que tendrás que esperar un poco más para saber el cuento completo, lo único que puedo revelarte es...¡voy a contraer nupcias pronto! Ah ya te imagino atragantadote con el whiskys que estas tomando, ¡Si, es cierto! Juramos un día de borrachera que no nos casaríamos hasta haber cumplido los 30 años pero uno nunca sabe a quien puedes conocer en una fiesta,...la dama es muy joven apenas unos 6 años de diferencia ¡que tal! Goza de una belleza increíblemente abrumante y un carácter encantador que me esta hechizando el... bueno su padre es unos de los mejores empresarios de la ciudad y tiene intereses que benefician al negocio familiar, mi padre esta muy entusiasta con ese asunto tanto que me ha encomendado una misión de alto grado, ¡Ay amigo! Me he preguntado una y otra vez ¿que tanto me cambiara la vida si logro cumplir esa misión? Desde que tome el tren para asistir a cierta fiesta mis días se han tornado diferente...

Bien me despido por ahora ¡No me escribas a esta dirección, por favor! Estaré entre el lunes y martes en Chicago, nos veremos cuando vuelvas de Washington.
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El sol del nuevo día se asomo al fin, Priscilla se levanta de la cama más enérgica que nunca la nana querida iba de un lado para otro buscando diversos vestidos que su niña le solicitaba y devolvía, <<[i]¡Este no! ¡quizás este! ¡No! Ese color me hace ver demasiado pálida, ¡muy descotado! ¡me sofoco! ¡ya no me queda!>> expresaba en el espejo, después de una intensa hora encuentra el vestido ideal para lucir solo en la mañana, ansiosa baja para ir saludar a su padre, saber si ya hay noticias positivas del paseo y ver a William pero tanto se tardó en vestirse que se marcharon sin darse cuenta, desilusionada se sienta en el comedor junto a su madre, desayuna poco porque la angustia y el amor le han quitado el apetito ahora su alimento es ver la presencia del amado cada día de su existencia. Para distraerse mientras esperaba noticias de William busco la compañía de Elroy, esta se hallaba en los jardines perdida en sus pensamientos sin ganas de tener compañía especialmente de Priscilla, cuando la tuvo cerca la despacho con elegancia dejándola más desilusionada, sin embargo, con su carácter optimista se fue a molestar a la nana quien persiguió el resto de la mañana, en la cocina se le ocurrió preparar un plato, la nana alarmada por su antojo trato de impedir que cocinara vestida así, Priscilla tuvo que calmarla afirmandole que solo daría el punto de sabor otros cortaría los ingredientes y el personal aceptaron contentos ayudarle.

La sonrisa volvió a iluminarle el rostro cuando William regreso contándole la respuesta de la ansiada noticia, llena de indescriptible felicidad casi comete la imprudencia de abrazarlo en frente a su padre quien caminaba sigiloso por el pasillo observando a la pareja, fue en ese preciso momento que se dio cuenta de los sentimientos de su hija al ver en sus ojos un brillo que se intensificaba cada vez que miraba al joven, no pudo evitar sentir celos paternos a pesar de que horas atrás estrecho las manos con aquel joven para iniciar una negociación empresarial y personal, quizás muy pronto su princesa pertenecerá a ese hombre .

-¡Mi niña al fin te encuentro! vuestra madre desea tener una conversación contigo, ¡no la hagas esperar! Sabes como se pone cuando no se cumple su voluntad-
-¡Si, papa!
-y usted joven viene conmigo un momento
-Como diga, disculpe señorita- y el padre se lo lleva rápido.

La madre se encerró con su hija para darle consejos de como comportarse en una primera cita, era tan obvio que ese dichoso paseo a solas en otras palabras significaba “cita” y sobre todo cuando su querido esposo le notifico que aquel caballero había aceptado pensar sobre el arreglo matrimonial con Priscilla con la condición de que no le informaran nada sobre el acuerdo y le dieran el permiso de cortejarla libremente. Con mucha impaciencia escucha los sabios consejos de la madre que apenas termina se retira rápido de la habitación, no podía aguantar estar separada de su amor, William había subido al mirador a descansar un poco, la reunión con el Sr. Andersen ocupo casi toda la mañana dejándolo abrumado solo transcurrieron unos minutos para caer en un sueño placido que ni un fuerte ruido lograría despertarlo, cuando ella lo localizó en aquel sofá dormido no tuvo la fuerza para despertarlo y como hechizada por la belleza de aquel ángel se sentó en el sofá adjunto y se quedo allí contemplándolo.


Él no tuvo la certeza si su amada estuvo sentada observandolo dormir porque apenas entreabría y cerraba los parpados vio el reflejo de una dama pelirroja, cuando los abrió por completo no había nadie en la habitación, percibió un delicado aroma floral que tal vez provenía del florero de la mesita, pensó que a lo mejor fue su imaginación o un sueño o quizás un deseo, <<¡Que tantas ganas tienes de tenerla contigo William que la ves por todos lados! >> se dijo así mismo y no se equivocaba, miro su reloj de bolsillo y aun faltaba una hora para salir con ella, que lejos se sentía esa hora, que lento se movía el secundero, que lento caminaba el tiempo <<¡Ojala no pase rápido las horas cuando este contigo...>> confeso y suspiro.

La anhelada cita al fin empezó para los jóvenes amantes cuando subieron al carruaje luciendo sus mejores galas para la tarde, Priscilla vestida con las telas más frescas y de color rosa oscuro y claro, con un escote que el caballero afortunado podía ver una porción de su piel y encantos delanteros, con sus ondulados rebeldes casi sueltos adornado con una corona pequeña de flores y maquillada con tonos muy suaves adecuados para su edad, William la miraba maravillado que no consiguió las palabras exactas para halagarla a ella no le importo su silencio le basto con su expresión embobada, ya había obtenido el resultado ansiado. La madre y la nana están nerviosas, preocupadas, tristes y felices por su princesa, se despiden casi llorando como si se fuese a ir por mucho tiempo o como si aquel hombre se la estuviera llevando lejos, <<¡Los hijos crecen tan rápido! Hace poquitito era una bebe que corría tras de mi y ahora corre tras un hombre>> apenas logro decir la madre acongojada que veía como se alejaba el carruaje de la casa y la nana también acongojada para calmar a la otra madre le dice <<¡Que le vamos hacer mi señora! Tenemos que dejar que los hijos abran sus alas y vuelen lejos de casa para que encuentren sus propios nidos>> y se abrazan ambas llorando a mares.

William y Priscilla en poco tiempo llegan a ferry para poder trasladarse al otro lado y dirigirse al gran parque central o visitar la calle de los artistas ambulantes para empezar, sentados uno al lado de otros muy risueños se miraban a los ojos sin pestañear como si no quisiesen perderse nada de sus movimientos, cada uno quería grabarse de memoria ese paseo que supuestamente era para ver la ciudad pero lo que hacían era mirarse mutuamente, William preguntaba una que otra cosilla para poder hablar un poco pero sus emociones esa tarde lo traicionaban tanto que cometía muchas torpezas, no parecía ser aquel hombre seguro que siempre controlaba cualquier situación en una mesa rodeado de hombres hambrientos de poder y justamente ahora se sentía inseguro siendo dominado por una joven que cada vez que movía sus rulos o simplemente sonreía su mente se nublaba. Priscilla con el corazón ardiendo esperaba tanto de su pretendiente, un abrazo, una caricia, un beso, ¡Oh si soñaba con un beso suyo!, su primer beso, un beso de amor, se preguntaba cuanto tardaría en llegar a esa parte o que tendría que hacer para darle la señal para que la bese, ¿que sentiría al sentir sus labios unidos a los suyos?, ¿Sería tal cual como sus sueños o mucho más?, <<Paciencia Priss, Paciencia>> una y otra vez decía para calmarse porque el torrente de pasión que corría en su sangre la ponía impaciente.

-¡Hemos llegado! Dígame para donde nos dirigimos
-¿No tomaremos un carruaje?
-¡Me gustaría caminar aunque si prefiere tomar un carruaje con gusto lo busco ahora
-¡Oh no! Si usted quiere caminar ¡caminaremos! Así conocerá mejor la ciudad
-¡Muy bien!- y le brinda su brazo para caminar juntos como lo hicieron en la noche anterior, Priscilla lo acepta gustosa.
-Caminemos hacia el norte, quiero que conozca el parque más bonito de mi ciudad
-Llevame donde quieras mi bella dama, hoy estaré a tu total merced-le confeso con voz suave y sin pensar, al oírse se dio cuenta que expreso algo sincero que sentía dentro y que no podía ocultar más, se había enamorado con locura con apenas dos días con ella o se flecho desde el primer día que la vio en lo alto de la escalera, en fin ya no importaba cuando fue sino que era imposible parar aquellos sentimientos que cada día se volvía mas fuerte, la miró y acepto su rendición al amor.

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aqui una hermosa pieza de la banda sonora de una de las tantas peliculas de Jane Eyre http://www.youtube.com/watch?v=Wjg3qmtT7Qo&feature=related


Tu amigo William”



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